Pese a que lo normal siempre es contratar pólizas habituales, lo cierto es que también existen un buen número de contratos extravagantes o curiosos. ¿Podrías citar alguno? En el siguiente post te vamos a hablar sobre los seguros más raros y caros del mercado en los últimos años. Seguro que alguno te sonaba, pero quedarás alucinado con algunos otros. ¡Comenzamos!
No hay que olvidar que un contrato de este tipo siempre va destinado a asegurar ciertas parcelas de nuestra vida que entrañen riesgos. De esta manera, se consigue contar con alguna clase de cobertura en caso de incidente. El coche, la casa, nuestra salud… Son pólizas normales, pero ¿qué hay de unas manos o un ataque de risa?
Hace no mucho tiempo, una compañía cinematográfica contrató uno de los seguros más raros de los últimos años al acudir a la aseguradora Lloyd’s para contar con cobertura en el hipotético caso que algún espectador muriera de manera repentina por culpa de un ataque de risa viendo sus películas.
Se trata, sin lugar a dudas, de un seguro nada habitual. Lo mismo ocurre con los que ofrecen compañías como Ultraviolet o St Lawrence, que ofrecen a sus clientes la posibilidad de cubrir cualquier daño que padezcan provocado por fenómenos paranormales como abducciones, enfrentamientos con fantasmas, vampiros o también hombres lobo. Si te parece raro esta póliza, quizá te alucine el hecho de saber que hasta 20.000 clientes han apostado por él.
Las manos son la herramienta de trabajo de muchas personas. Sin ellas, nos veríamos casi imposibilitados para ejercer nuestra profesión. De esta manera, algunas personas han decidido asegurarlas, como por ejemplo Iker Casillas por 5 millones de euros. O también Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones, por más de 1.400 millones de euros.
Pero en los seguros más raros que conocemos, todavía se puede ser más específico. De esta forma, el piloto de F1, Fernando Alonso, contrató una póliza que cubriera sus dos pulgares y le cubriera de cualquier incidente. Su valor asciende a los 10 millones de euros.
Para terminar esta primera entrega sobre los seguros más raros que hemos conocido en los últimos años, vamos a volver al género cinematográfico. Una compañía llego a pedir una póliza para cubrir riesgos en caso de que la actriz principal se enamorara o casara durante el rodaje. El capital del seguro ascendía a la nada despreciable cantidad de un millón de euros.